Internet ha proporcionado un modo nuevo de construir conocimiento y compartir información entre las personas. Hay algunos ejemplos significativos:
- El desarrollo de software mediante las comunidades de open source ha creado sistemas sofisticados que han sido aceptados mayoritariamente por la industria, Linux es desde luego su mejor exponente, pero hay innumerables ejemplos menos conocidos y no por ello menos importantes.
- La construcción de enciclopedias, de repositorios de conocimiento, es una actividad que casi ha eliminado del mercado a la enciclopedia tradicional, incapaz de mantener el ritmo de actualización que le marcan centenares de miles de personas colaborando en mantener una wikipedia o proyectos similares.
- Incluso en ámbitos tan especializados como los mapas, OpenStreetMap es un excelente ejemplo, las comunidades de usuarios están suplantando eficazmente a los organismos geográficos creando información geográfica utilizable.
Son sólo tres ejemplos de un universo de colaboración que se llama de muchas formas: coworking, crowsourcing, crowfunding, geonetwork, que se extiende viralmente y que acelerará, sin duda, la velocidad a la que se genera y comparte el conocimiento.
La ciudad, como ámbito de vida y de relación, no se puede escapar a esta ola de cambio. Es más, debe pasar a ser el ámbito principal donde este fenómeno se materialice. A su favor tiene que Internet es una herramienta fundamental porque elimina las distancias, pero también ha puesto en valor a la ciudad precisamente por lo contrario: porque permite la relación directa y personal. Las ciudades son el punto de encuentro, los atractores que cristalizan el contacto personal y la colaboración. Este será un factor nuevo en la competencia de las ciudades por brillar como focos de cultura e innovación.
Para conseguirlo son necesarias dos acciones:
1) Diseñar métodos, lugares y medios donde la ciudad se exponga como centro de esta nueva cultura de colaboración:
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- Centros de Innovación y creatividad
- Centros de convivencia y coworking
- Laboratorios de vida (Living Labs)
- Planificación colaborativa: agentes de toda clase participan en el diseño de la ciudad para poder sincronizar los ritmos de cambio social con los ritmos de cambio urbano
- Regeneración y crecimiento urbano colaborativo: nuevos barrios sostenibles
- Colaboración público-privada: la ciudad es cosa de todos
Para todos nosotros la ciudad solo es un soporte material donde vivimos, trabajamos o disfrutamos de nuestro ocio. Podemos desarrollar una relación sentimental con ella o con ciertos lugares que en nuestra imaginación la representan. Pero nuestro conocimiento de la ciudad es el producto de la enseñanza y de nuestra propia percepción. La ciudad no dialoga directamente con nosotros porque no existe como entidad. En todo caso lo hace indirectamente mediante señales, paneles o carteles que el administrador de la ciudad utiliza como guía para sus ciudadanos.
El cambio real vendrá cuando podamos establecer un diálogo con la ciudad, o con sus partes componentes, porque la ciudad haya pasado a ser un organismo sensible capaz de tomar decisiones y actuar, en virtud de un proceso de distribución, entre todos sus componentes, de inteligencia y de capacidad de computación.
Una ciudad como Madrid es un enorme puzzle de millones de piezas individualizables -he calculado que más de veinte millones- que se configuran como espacios tridimensionales asignables a una función concreta: habitaciones o piezas de un edificio, edificios completos, parcelas, aceras, calzadas, intersecciones, pasos de peatones, vados, aparcamientos, jardines, conductos de infraestructura, instalaciones, vehículos, personas..
http://www.enhr2007rotterdam.nl/documents/W21_paper_Barendse_Duerink_Govaart.pdf
http://www.springer.com/earth+sciences+and+geography/geography/book/978-4-431-99263-9