En el post anterior comentaba la propuesta de Indicadores ODS que hemos realizado para Tulancingo de Bravo (México), apoyando la tesis de que sus datos deben proceder de los procesos de gestión territorial. En este post voy a completar los Indicadores propuestos, intentando fijar nuevas metas acordes con las posibilidades reales que tienen los municipios para acopiar datos sobre su desarrollo, en un escenario internacional donde los indicadores ODS han entrado en ebullición, los distintos países que han realizado su informe voluntario están aportando un montón de nuevos indicadores, eso sí, dejando de lado a los gobiernos locales.
1.- Análisis del contexto
En primer lugar he intentado comprender a fondo el contenido de los indicadores propuestos para la Agenda 2030 y he llegado a algunas conclusiones:
1.- Dado que hay objetivos y sobre todo metas que tienen componentes similares, es habitual que un mismo indicador se aplique a diferentes metas. Por ejemplo el indicador «Proporción de gobiernos locales que adoptan y aplican estrategias locales de reducción del riesgo de desastres en consonancia con las estrategias nacionales de reducción del riesgo de desastres» se aplica a tres metas, las 1.5.4, 11.b.1 y 13.1.3. Hay más casos y esta circunstancia se agudiza cuando los indicadores se proponen por otras ciudades o países, por ejemplo la ciudad de Madrid propone indicadores que afectan hasta a 13 metas. Esto introduce bastante ruido en el sistema.
2.- Hay bastantes indicadores que, en realidad, son un conjunto de indicadores, por ejemplo el indicador 4.1.1 «Proporción de niños, niñas y adolescentes que, a) en los cursos segundo y tercero, b) al final de la enseñanza primaria y c) al final de la enseñanza secundaria inferior, han alcanzado al menos un nivel mínimo de competencia en i) lectura y ii) matemáticas, desglosada por sexo». Los indicadores reales contenidos se obtienen por un cálculo combinatorio según sexo, curso y materia. Aunque hay alguna imprecisión porque donde dice «niños, niñas y adolescentes» no especifica el umbral de edad entre niños y adolescentes, ni indica si también hay que distinguir entre adolescentes masculinos y femeninos. Entiendo (sin ninguna garantía de éxito) que los niños son el caso a) y b) y adolescentes el caso c), con lo que el número final de indicadores es de (2 sexos niños * 2 cursos * 3 materias) + (2 sexos adolescentes * 1 curso * 3 materias) = 18 indicadores.
3.- En otros casos el grado de indeterminación es importante, por ejemplo el indicador 4.4.1 «Proporción de jóvenes y adultos con competencias en tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), desglosada por tipo de competencia técnica«. ¿Cuantos tipos de competencia técnica existen?. Es de suponer que los expertos nacionales en estadística tienen esto bien controlado y que mi caso es más bien un problema de ignorancia estadística.
4.- Otros son simplemente confusos como el indicador 4.5.1 «Índices de paridad (entre mujeres y hombres, zonas rurales y urbanas, quintiles de riqueza superior e inferior y grupos como los discapacitados, los pueblos indígenas y los afectados por los conflictos, a medida que se disponga de datos) para todos los indicadores educativos de esta lista que puedan desglosarse» En este caso no me atrevo a sugerir el número de indicadores resultantes.
5.- Por último algunos son imposibles como el indicador 5.2.2 «Proporción de mujeres y niñas a partir de 15 años de edad que han sufrido violencia sexual a manos de personas que no eran su pareja en los últimos 12 meses, desglosada por edad y lugar del hecho» Ni se indican los intervalos de edad, ni el criterio para establecer el lugar del hecho, ¿en alguna de las habitaciones de su casa?, ¿en su casa, en la calle, en el campo o en un bar?, ¿por barrios, municipios o provincias?.
En segundo lugar y dejando aparte los importantes problemas interpretativos, he realizado el desglose de algunos de los indicadores más evidentes, normalmente siguiendo el criterio de los ya realizados por algunos organismos estadísticos nacionales. Como resultado he obtenido un total de 284 indicadores. Si se realizase un desglose completo de todos los indicadores compuestos (en el hipotético caso de que alguien se atreva de hacerlo) es probable que esa cifra sufra un notable incremento. Si se tiene interés en comprobarlos he adjuntado a este post una hoja de cálculo con todos ellos: Comparativo de Indicadores ODS.
En tercer lugar he explorado algunos sitios web, ya que la mayoría de los países que han emitido un informe voluntario tienen un sitio web específico para los ODS donde se presentan los datos y documentos que explican su interés y resultados. Aparte de la propia Agenda 2030 he explorado UNSTATS (organo estadístico de la ONU), EUROSTAT (órgano estadístico de la UE), el INE de España, la FEMP (Federación de Municipios de España), el gobierno de Aragón (una comunidad de España), el gobierno de la ciudad de Madrid, el órgano ODS de México (SIODS), y los órganos ODS de Ecuador, Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Colombia. No he incluido Uruguay porque solo propone indicadores para los objetivos 6, 7, 11, 12 y 15. En Bolivia la documentación no alude a los indicadores sino únicamente relaciona los progresos. En Panamá no he encontrado casi ninguna información. En El Salvador no hay tampoco documentación específica del país. Nicaragua tiene un Plan Nacional de Desarrollo Humano pero su sitio web es inaccesible. En Honduras se ocupa de los ODS el Centro Nacional de Información del Sector Social pero no aporta información utilizable. Costa Rica aporta documentación donde justifica su alineación con los objetivos sin alterar su contenido ni proponer nuevos. Perú y Guatemala no aportan datos sobre los indicadores. La Comisión ODS de la República Dominicana aporta una web donde los indicadores se ajustan completamente a los definidos por la Agenda 2030. No he explorado más países porque la empanada mental y los problemas idiomáticos me lo impiden.
El resultado se puede observar en la misma hoja de cálculo antes mencionada, y de ella se pueden extraer algunas conclusiones:
1.- De los organismos visitados hay algunos que se ajustan bastante bien a los indicadores de la Agenda, en todo caso indican cuáles son aquéllos de los que pueden disponer datos, sin proponer ni alterar los indicadores de la lista «oficial», por ejemplo Ecuador, aunque propone algunos indicadores demográficos que no se ajustan pero son bastante populares en los institutos estadísticos al uso. Hay que tener en cuenta que cuando los gobiernos y sus órganos estadísticos tuvieron que asimilar los indicadores ODS echaron mano de sus datos existentes, algunos encajaban, otros con calzador y muchos de ninguna manera.
2.- En la hoja de cálculo adjunta se indican los indicadores declarados por los sitios web antes mencionados con el desglose de aquéllos que ya han sido desglosados por alguna de las instituciones. La Agenda 2030 define 284 indicadores, pero tras el análisis se han identificado 1.065, más del triple, si extendiéramos este análisis a todas las instituciones que han emitido informe voluntario o que se han adscrito de una u otra forma a los Objetivos, es probable que podamos duplicar esa cifra. Asumo que para un mismo indicador todas las metodologías de obtención y tratamiento de datos son iguales en todas las instituciones que lo incluyen, porque si no lo fuesen deberíamos considerarlos indicadores diferentes.
3.- Si analizamos el grado de coincidencia de cada institución con los indicadores ODS se obtiene el siguiente cuadro, donde se aprecia que hay instituciones cuyos indicadores tienen un porcentaje de coincidencia muy bajo, otros se acercan bastante, pero no hay ninguno que se ajuste al 100%:
4.- Si hacemos un «ranking» de los indicadores más asimilados por estas instituciones los tres más coincidentes (en 11 instituciones) son:
Analizando del grado de dispersión se obtiene la tabla siguiente, donde se hace un recuento del número de indicadores asimilados por las instituciones, ¡hay 658 que son propios de una única institución!.
En cuarto lugar he realizado una comprobación de cuáles de todos estos indicadores pueden ser obtenidos desde un gobierno local, ya que aparentemente todas las instituciones implicadas coinciden en que los gobiernos locales, desde su cercanía al territorio, son la fuente de datos idónea para seguir el cumplimiento de las metas. Si se observa la tabla adjunta se comprueba que Madrid, un gobierno local económicamente fuerte y bien organizado, solo comparte con la Agenda un 49% y que la Federación de Municipios de España, tras analizar la información disponible en una selección de municipios, ¡solo ha conseguido coincidir en un 8%!.
No es sencillo dilucidar qué indicadores son accesibles a un gobierno local, primero porque depende de la naturaleza del indicador y segundo porque depende de la dimensión organizativa y económica del gobierno local para disponer de recursos de medición y estadística. Por ejemplo, el indicador 1.4.1 «Proporción de la población que vive en hogares con acceso a los servicios básicos» es claramente un indicador local, ya que es el gobierno local quien dispone de los datos de servicios básicos existentes y quien debería tener un padrón poblacional. Pero llegar a ese dato tiene dos aproximaciones: por encuesta o por intersección geográfica. Hacer encuestas es muy caro o complejo, creo que sólo están al alcance de grandes municipios y habitualmente no lo hacen, se descarga esa responsabilidad en las instituciones estadísticas nacionales. Para intersectar geográficamente hacen falta dos datos: un censo geográfico que indique la población residente en cada manzana, algo que habitualmente resuelve la mecánica electoral; y un mapa del alcance de los servicios básicos que indique si la manzana dispone de agua limpia, drenaje, acceso viario pavimentado, electricidad, alumbrado, red de telefonía y recogida de residuos. Además es necesario disponer de un sistema de información geográfica y los técnicos precisos para su manejo. Creo que solo los grandes municipios están en disposición de obtener ese dato por intersección.
En general son accesibles a los gobiernos locales los indicadores que se refieren a sus gastos, al alcance de los servicios urbanos que presta, al control de la seguridad ciudadana, algunos datos de sus escuelas públicas, datos sobre seguridad del tráfico rodado, datos sobre la calidad del aire y ruido, datos sobre parques y espacios naturales protegidos, quizá los grandes puedan obtener algunos datos demográficos sobre pobreza, salud, educación o accesibilidad viaria. Pero hay que reconocer que su obtención dependerá de las capacidades y de las voluntades de cooperar de cada municipio y que los datos resultantes probablemente son incompletos o demasiado diversos.
La conclusión es que los indicadores propuestos por la Agenda y los incluidos en los informes voluntarios proceden de órganos estadísticos nacionales que han adaptado como han podido su acervo estadístico al informe voluntario. Instituciones que han liderado el reto ODS porque tienen recursos, objetivos, metodologías y resultados muy superiores a los disponibles por un gobierno local.
El reto por tanto es definir un conjunto de indicadores que a) estén al alcance de cualquier gobierno local independientemente de su dimensión, b) tengan una definición y metodología de obtención homogéneas y c) se puedan utilizar medios tecnológicos avanzados que faciliten su creación distribuida y su explotación consolidada.
2.- El papel de los gobiernos locales
Los gobiernos locales forman el frente de la acción territorial. Gran parte de las estrategias y actuaciones de cambio territorial se fraguan y ejecutan por ellos en cumplimiento de las competencias que tienen asignadas. Y para jugar eficientemente ese papel necesitan datos:
1.- Datos sobre la situación real de su territorio en todo su conjunto. La toma de decisión eficaz no se puede hacer a ciegas.
2.- Datos para implementar una planificación que defina las estrategias de desarrollo futuro en todos los ámbitos, tanto económicos como sociales, ambientales, urbanísticos o estructurales.
3.- Datos resultantes del uso eficiente de herramientas de control para la autorización previa, la inspección y el seguimiento de las actuaciones.
4.- Datos para financiar y ejecutar el diseño y realización de los elementos de naturaleza pública sobre el territorio, ya sean las infraestructuras, los equipamientos o los espacios libres.
5.- Datos para proporcionar unos servicios públicos eficientes y suficientes, bien con medios propios o subcontratados en sus ámbitos de competencia: gestión administrativa, limpieza y residuos, seguridad, salud, educación, transporte, movilidad, mantenimiento de infraestructuras, etc.
6.- Datos para impulsar el desarrollo económico, la innovación o la cultura en la línea de la sostenibilidad y mejora de la resiliencia de su territorio. En un marco de participación pública y de transparencia con sus ciudadanos, asociaciones, empresas y organizaciones.
Y todos esos datos se pueden reutilizar para evaluar el seguimiento de los ODS, no se corresponden con los definidos con la Agenda 2030, pero no tengo ninguna duda de que proporcionan una visión cierta del estado y la evolución del territorio y de sus habitantes. Involucrar a los gobiernos locales en el seguimiento de los ODS necesita plantear modos de medición del avance diferentes, ligados a sus procesos locales de gestión territorial, de forma que los datos nazcan de forma natural de esos mismos procesos, sin necesidad de inversión en medios humanos o materiales específicos o con una inversión mínima y de forma que aprovechen al máximo las capacidades que aportan las nuevas tecnologías y la colaboración público-privada. En esta propuesta vamos a analizar para cada Objetivo cuáles pueden ser algunos de esos modos de medición en forma de indicadores locales.
3.- Nuevos indicadores locales
Indicador ODS 1.local – Suelo Deficiente: % del territorio no rural en estado deficiente
Se construye mediante la intersección sobre la fotografía aérea, con el conveniente apoyo de campo, de las áreas no rurales del territorio contra los componentes urbanos en mal estado o inexistentes tales como la presencia mayoritaria de infravivienda; una red viaria de nuevo trazado irregular, insuficiente, incompleto o sin pavimentar; la inexistencia de infraestructuras de agua limpia ni drenaje de aguas residuales; la falta de alumbrado público o insuficiente; los defectos de la red eléctrica; la falta de transporte urbano o de telecomunicaciones…Esta delimitación de espacios mal urbanizados o degradados identifica las áreas candidatas para contener población en pobreza extrema, se convierten por tanto en un indicador indirecto de pobreza extrema, indirecto pero sencillo de medir.
El criterio para separar las áreas rurales de las no rurales tiene una importancia crucial. Serán rurales los suelos donde la vivienda está ligada a una explotación agrícola o ganadera y la red viaria está formada por los caminos y veredas tradicionales. El resto del territorio será no rural.Si la estrategia urbanística pretende incorporar las áreas no rurales en estado deficiente al espacio urbano deberá establecer políticas de reurbanización y mejora de la vivienda, si por el contrario pretende devolverlas al espacio rural deberá establecer políticas de reubicación de sus habitantes y de restauración del medio rural.
Fig.- 1 Un barrio de Nairobi (Kenia)
Indicador ODS 2.1 local – Densidad de población sobre suelo agrícola protegido: número de habitantes / Ha de territorio agrícola protegido.
Este objetivo requiere la localización de los suelos más adecuados del municipio para la producción agrícola y al mismo tiempo la localización, ubicación y calidad de los mercados de abastos y comercios, como elementos decisivos para valorar la adecuada atención y distribución de la oferta y la demanda de alimentos. Los gobiernos locales deben proteger los suelos agrícolas sobre los que se puede practicar una agricultura sostenible, mediante una planificación que evite su invasión por los usos urbanos o mediante la incentivación del uso agrícola mediante la reducción de impuestos o con ayudas directas.
Fig.- 2 Delimitación de suelo de alto valor agrícola en Tulancingo de Bravo (México)
Indicador ODS 2.2 local – Accesibilidad a alimentos: % del territorio no rural situado a más de 4 km de un centro de asistencia alimentaria o un mercado de abastos
Los gobiernos locales pueden crear directamente o incentivar la creación de centros de asistencia alimentaria, bancos de alimentos y comedores comunales, de forma que asegure su disponibilidad en un radio de menos de una hora caminando desde cualquier punto del municipio.
Fig.- 3 Áreas de influencia de centros de abasto en Tulancingo de Bravo (México)
Indicador ODS 3.local – Accesibilidad a un centro de salud: % del territorio no rural situado a más de 4 km de un centro de salud primaria
Este objetivo exige localizar y conocer aquellas dotaciones y equipamientos vinculadas al deporte, la cultura, los parques y espacios estanciales, y la asistencia a los mayores, características territoriales que se pueden cuantificar y ubicar dentro del municipio, con indicadores que permitan su comparación con otros territorios.
Fig.- 4 Centros de salud en Tulancingo de Bravo (México)
Indicador ODS 4.local – Accesibilidad a un centro docente: % del territorio no rural situado a más de 4 km de un centro de educación primaria
Las dotaciones de educación deben dimensionarse y situarse espacialmente para asegurar el acceso de toda la población a los centros. El área cubierta por cada centro estará en función de los medios de transporte disponibles y de la orografía. Será una decisión estratégica del gestor territorial si opta por disponer de medios de transporte adecuados o no.
Fig.- 5 Centros docentes en Tulancingo de Bravo (México)
Indicador ODS 5.local – Accesibilidad a un centro de atención: % del territorio no rural situado a más de 4 km de un centro de atención social.
La acción pública debe ejercerse mediante un enfoque integrado que contemple todos los aspectos: la violencia machista, la corresponsabilidad entre sexos y la participación de las mujeres. Se traduce en multitud de políticas que deben impregnar toda vida municipal y que no se pueden medir espacialmente de forma sencilla. Se propone un indicador que refleje la disponibilidad de acceso a centros de atención social que ayuden a mitigar los casos que se denuncien.
Indicador ODS 6.1.local – Alcance de la red doméstica de agua: % del territorio no rural sin red doméstica de agua potable
Indicador ODS 6.2. local – Accesibilidad al agua limpia: % del territorio no rural sin acceso a un punto de suministro de agua potable a menos de 100 m de distancia
Indicador ODS 6.3. local – Alcance de la red doméstica de saneamiento: % del territorio no rural sin red doméstica de drenaje de aguas residuales
Indicador ODS 6.4. local – Alcance de la red de saneamiento viario: % del territorio no rural sin red de drenaje de aguas residuales en la vía pública
Los gobiernos locales deben velar por que todos los espacios no rurales dispongan en sus viviendas de agua limpia y drenaje de aguas residuales. La verificación de esta obligación se verifica de forma sencilla contrastando el alcance físico de las redes con la delimitación de suelo no rural. Su resultado determina indicadores muy precisos.
Fig.- 6 Zonas sin dotación de agua limpia según clase de suelo
Indicador ODS 7.local – Alcance del suministro de electricidad doméstica: % del territorio no rural sin acceso a la red eléctrica.
La producción y el consumo de energía van a experimentar grandes cambios durante este siglo de la mano de nuevas estrategias como la diversificación de los centros de producción, la producción de energía renovable o el despliegue de la smartgrid.
Fig.- 7 Red eléctrica de La Paz (Bolivia) sobre territorio no rural
Indicador ODS 8.1 local – Capacidad actual de acogida de actividad económica: % vacante del territorio no rural destinado a actividades económicas existente
Indicador ODS 8.2 local – Capacidad planificada de acogida de actividad económica: % vacante del territorio no rural destinado a actividades económicas suma del existente y el planificado.
La gestión territorial determina donde y con qué intensidad se deben establecer actividades económicas en el municipio, en definitiva, determina el sustrato de suelo necesario para su desarrollo. Los indicadores nos deben informar de cómo se afronta ese desafío por la planificación urbana.
Fig.- 8 Índice de actividad económica municipal en Extremadura (España)
Indicador ODS 9.1 local – Capacidad actual de acogida de actividad industrial: % vacante del territorio no rural destinado a actividad industrial existente
Indicador ODS 9.2. local – Capacidad planificada de acogida de actividad industrial: % vacante del territorio no rural destinado a actividad industrial suma del existente y el planificado.
Indicador ODS 9.3. local – Alcance de la red de telecomunicaciones: % del territorio no rural con acceso a la red de telecomunicaciones por cobre o fibra
Indicador ODS 9.4 local – Alcance de la red WiFi pública: % del territorio no rural con WiFi pública
Este objetivo exige conocer los niveles de accesibilidad, la localización de las áreas industriales y las áreas que se dediquen a la investigación dentro del municipio y las posibilidades de mejora y de nuevos desarrollos del municipio y por la existencia de infraestructuras.
Fig.- 9 Puntos de WiFi gratis (Alcaldía de Medellín – Colombia)
Indicador ODS 10.local – Índice de heterogeneidad de Valor Territorial: H’ = – ∑ pi ln pi donde pi es la proporción relativa (área) de cada área de valor dentro del territorio no rural
La desigualdad social y económica tiene su reflejo fiel sobre el territorio delimitando las distintas áreas residenciales en función de las calidades de urbanización, diseño, equipamientos, urbanización y precios de repercusión del suelo. Su delimitación espacial no es sencilla pero en gran medida es el mercado inmobiliario el que la fija y por ello este es uno de los principales datos utilizados habitualmente en los trabajos de valoración inmobiliaria para la fijación de los índices de impuestos catastrales.
Por ello se propone una medición de la desigualdad territorial basada en el grado de heterogeneidad de Valor Territorial utilizando el índice de Shannon-Wiener
Fig.- 10 Zonas homogéneas de valor en San José (Costa Rica)
Indicador ODS 11.1. local – Alcance de los Barrios marginales: % del territorio no rural ocupado por barrios marginales
Este objetivo exige afrontar la necesidad de ofrecer oportunidades de desarrollo urbano equilibrado y las capacidades de movilidad y transporte.
Fig.- 11 Delimitación de barrios marginales en Tulancingo de Bravo (México)
Indicador ODS 11.2. local – Accesibilidad al transporte público: % del territorio no rural situado a más de 300 metros de un punto de transporte público
Indicador ODS 11.3. local – Accesibilidad a espacios libres seguros: % del territorio no rural situado a más de 300 metros de un parque público seguro
Indicador ODS 11.4. local – Edificación sostenible y resiliente: % de la edificación urbana sostenible y resiliente utilizando materiales locales
Fig.- 12 Accesibilidad a centros poblados (Bolivia)
Indicador ODS 12. local – Gestión de los residuos sólidos: % del suelo dedicado a vertederos con estrategias de control y reciclado frente al suelo dedicado a vertederos incontrolados
Fig.- 13 Zonas aptas para vertido de residuos en Valencia (España)
Indicador ODS 13.local – Alcance del territorio seguro: % de la superficie urbana municipal afectada por algún riesgo natural o artificial
Los gobiernos locales deben participar en el combate contra el cambio climático de varias formas: dar ejemplo de prácticas medioambientales correctas, inspeccionar y penalizar las actividades susceptibles de empeorar el cambio y sobre todo establecer políticas y estrategias que reduzcan al mínimo su posible impacto sobre la población y la actividad urbana en todos sus órdenes, evitando las áreas vulnerables y con riesgos.
Fig.- 14 Areas de Risco de Inundação en Manaus (Brasil)
Indicador ODS 14.1. local – Costas limpias: % de la costa libre de vertidos y residuos
Indicador ODS 14.2. local – Costas protegidas: % del tramo de costa protegido y sujeto a estrategias de conservación
El control de los vertidos y su tratamiento o reutilización, son en gran parte de responsabilidad municipal, por ello, sin menoscabo de la implicación de su población y sus empresas, debe establecer estrategias de conservación estrictas.
Fig.- 15 Plan de Protección del litoral de Andalucía (España)
Indicador ODS 15.1. local – Suelos protegidos: % del suelo municipal sometido a protección ambiental
Indicador ODS 15.2. local – Índice de desertificación: % del suelo municipal degradado o en peligro de desertificación
Indicador ODS 15.3. local – Suelos en recuperación: % del suelo municipal degradado sujeto a políticas de recuperación
Indicador ODS 15.4. local – Vedados de Caza: % del suelo municipal sujeto a restricciones de caza
Indicador ODS 15.5. local – Especies invasivas: % del suelo municipal invadido por especies exóticas
La gestión territorial y la planificación son las responsables de proporcionar las políticas locales de protección y uso sostenible de sus ecosistemas y la localización de todos los patrimonios culturales, naturales y paisajísticos que se deben conservar para conocimiento ciudadano.
Fig.- 16 Densidad de plaga de ratas en Madrid (Ayuntamiento de Madrid – España)
Indicador ODS 16.local – Seguridad del Territorio: % de la superficie urbana municipal considerada insegura
Este objetivo se debe localizar determinando dentro del municipio las áreas de conflicto, los problemas de manifestaciones permanentes, y las zonas inseguras con los datos en cada zona de los robots, violaciones, asesinatos, y las situaciones de apartheid.
Fig.- 17 Homicidios (Alcaldía de Cali – Colombia)
Indicador ODS 17.local – Financiación exterior: % del suelo urbano municipal mejorado mediante recursos financieros de apoyo externo al municipio
Este objetivo exige localizar en los ámbitos del municipio los acuerdos y convenios que existan dentro del marco de su territorio para el desarrollo local, o la conservación del medio urbano y rural.
5.- Nuevas metodologías de producción de datos
Los datos estadísticos tradicionales se producen habitualmente mediante encuestas periódicas o son producto de los procesos de la gestión administrativa digital. En el caso de la información territorial algunos datos también son producto de los procesos de gestión y transformación territorial. Hay que poner en uso todos los procedimientos disponibles para conseguir datos:
1.- Por observación: se producen por agentes especializados que observan la realidad y extraen información a partir fotografías, encuestas de campo o muestras significativas. Son inmediatos y sencillos de realizar, pero son caros y dan una foto fija.
2.- Por colaboración: se producen por agentes, no necesariamente especializados, que aportan datos como subproducto de su quehacer diario, habitualmente mediante un dispositivo móvil o fijo a través de internet. Son involuntarios cuando el dato se obtiene sin la participación expresa del agente, voluntarios cuando el dato se obtiene gracias a la participación expresa del agente y obligatorios cuando el dato se obtiene por la aportación obligada de un agente (normalmente como paso previo para obtener una autorización administrativa) Son inmediatos, sencillos y baratos, en el caso de los voluntarios tienen el inconveniente de que se depende de la voluntad de colaborar, algo que no siempre es posible. La colaboración es un método con posibilidades brutales para crear información porque puede convertir a millones de personas en sensores inteligentes.
3.- Automáticos: se producen como subproducto de procesos administrativos reglados que aseguran su calidad y compleción (por ejemplo, un sistema de distribución y consumo de medicamentos georreferenciado genera un mapa automático de salud). Para su obtención es preciso que la Administración esté dotada de las aplicaciones y los modelos de datos adecuados. También se obtienen por este método los datos de sensores y sistemas robotizados que tengan capacidad de transmisión periódica de datos. La calidad del proceso y su universalización (no hay excepciones) determinan su utilidad, pero si ambos se cumplen son sin duda son los mejores datos disponibles.
4.- Por síntesis: son los que se producen mediante la combinación de otros datos mediante algoritmos espaciales o estadísticos. Su calidad depende de la calidad y precisión de los datos de partida.
Estamos en la era de Internet y es preciso abordar este desafío con las herramientas y las estrategias del siglo XXI, siguiendo el mensaje del presidente de El Salvador, Nayib Bukele ante la ONU.
6.- Nuevas metodologías de gestión de datos
La información ha dejado de ser un conocimiento fragmentado en millones de dispositivos repartidos por el mundo. Por el contrario, es factible almacenarla en un único lugar al que accedan esos millones de dispositivos mediante Internet. Ello facilita de forma extraordinaria el control de calidad, los procesos de agregación y su análisis. Será importante utilizar una plataforma de datos geoespaciales en la nube que proporcione un recurso de almacenamiento unificado. Se propone que esa plataforma sea urbiThings, un sistema de coste cero que permite crear, almacenar y publicar información geoespacial respetando la competencia de cada organización pública o privada que la utiliza.
Toda la información recolectada, una vez alcanzado un nivel de calidad y compleción debe ser un recurso público. Por tanto, la plataforma debe permitir que cada Gobierno determine la apertura de sus conjuntos de datos bajo licencias estándar (como Creative Commons by Reference) de forma que puedan ser descargados en formatos estándar (SHP, KML, GeoJSON). De la misma forma los mapas que representen la información contenida en esos conjuntos de datos deben ser publicados mediante servicios de mapas estándar (WMS, WFS) de forma que sean accesibles desde cualquier aplicación cliente habilitada para utilizar ese tipo de servicios. La plataforma de datos geoespaciales además debe permitir operaciones de análisis espacial y agrupación de datos con objeto de obtener datos derivados o visiones de conjunto.
Los Gobiernos municipales y los demás niveles administrativos superiores debe poder acceder a cuadros de mandos que les informen en todo momento de la situación de los datos, de forma que puedan adoptar decisiones para resolver con anticipación cualquier problema de producción, de almacenamiento, de análisis o de publicación. Además, servirá como herramienta de seguimiento y control del avance del desarrollo.
7. Conclusiones
El desarrollo y seguimiento de los muchas de las metas fijadas por los Objetivos ODS son responsabilidad de las administraciones locales en la ejecución normal de sus competencias legales.
Hoy, los ordenamientos modernos y potentes que dinamizan el desarrollo territorial, involucran también a los ciudadanos, a las empresas productivas, a las asociaciones y a las demás instituciones con competencia territorial, para resolver el desarrollo económico, social, urbanístico, de servicios urbanos, de seguridad y de administración general, en todos los municipios del mundo. La información necesaria y las decisiones territoriales suele ser diferentes según los diferentes niveles competenciales y de gobernanza, pero debe plantearse en todo momento la posibilidad de llevar a efecto la agrupación de datos a nivel de territorios más amplios que permitan no solo la acción municipal sino la acción de gobernanza regional o nacional.Es importante dotar a los Gobiernos locales de los medios tecnológicos para producir datos automáticos o por colaboración obligatoria porque son los que garantizan la mejor disponibilidad y calidad.
Para cumplir eficazmente estas obligaciones es imprescindible saber dónde están físicamente los problemas y cuáles son sus dimensiones en orden a determinar la prioridad en las soluciones, las capacidades económicas para hacerles frente y su programa temporal de ejecución y control. Aquí es donde la tecnología geoespacial se convierte en un aliado imprescindible para la toma de decisiones territoriales.